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Inicio este artículo refiriéndome a una noticia relacionada con el liderar, que, a nivel informativo, no tiene nada de especial, pero sí lleva impresa consigo un gran volumen emocional que le permitió ocupar un lugar en los principales portales digitales americanos.
El informe hacía referencia a una cordial carta de gratitud que había realizado una joven a su antigua jefa (Yvonne Lavasidis, propietaria de un establecimiento de helados y comida rápida).
La conmovida jefa compartió la nota en su Facebook y de ahí saltó a otras redes sociales. La propagación fue aceleradísima y bastaron unas pocas horas para que se hiciera viral.
La transcripción en español podría ser esta:
“Querida Yvonne: Bueno, ya soy doctora. Me ha llevado mucho tiempo volver al Dairy Queen, lo sé, pero a menudo he pensado en ti y en tu amabilidad. Eres una jefa increíble y un ser humano aún mejor. Gracias por apoyarme y animarme, por hacer barbacoas para mí y permitirme estudiar para los exámenes de ingreso en la parte de atrás cuando no había clientes. Con amor, Nabiha”.
Digo, que necesitados estamos de coloridas noticias para que una carta de reconocimiento nos atrape tanto y se transforme en una noticia viral ¿Será que al momento de liderar no estamos haciendo lo necesario para recibir reconocimientos?
Conversando con ejecutivos sobre Liderar
En conversaciones con ejecutivos pude escuchar decir que a los subordinados no se les puede tratar como amigos. Que es mucho mejor mantener las distancias y no involucrarse emocionalmente porque… “si das la mano te toman el brazo”.
Pero favorablemente no somos robots, y menos maquinas. En el mundo real de la vida cotidiana y del trabajo, nuestras emociones también están constituyéndonos como seres humanos. Creo que, con el paso del tiempo y el avance del conocimiento de nuestra biología, ya son pocos los que se pelean con ellos mismos por ocultarlas pensando que afectan más de lo que ayudan, inexactamente convencidos de que perjudica su imagen y su autoridad, y que influye negativamente en la calidad del servicio de los colaboradores.
Como si las palabras de afecto y apoyo, y las muestras de confianza estuvieran impedidas para no ser tildado por el resto de ser un líder buenudo o blando, por decir algo suave.
Sin duda, la gratitud es un valor que deberíamos practicar más a menudo, especialmente en las empresas y organizaciones.
La mayoría de las veces esos agradecimientos se centran exclusivamente en aspectos del trabajo: una dificultad resuelta, una asistencia que ha resultado concluyente, un propósito conseguido, etc. por lo que opino que la gratitud es una emoción fundamental para propiciar equipos de trabajos con alto rendimiento.
Actualidad
En la actualidad construir y liderar equipos son actividades fundamentales en el funcionamiento de empresas efectivas, pero a pesar de la popularidad que alcanza día a día el liderazgo, es poco común ver desarrollada la competencia de dirección y construcción de equipos, en personas que ocupan puestos de conducción.
En ocasiones dialogo con líderes y ejecutivos a quienes, en su mayoría escucho resignados al momento de considerarse efectivos en su desempeño como líder, me da la sensación de que los abruma la idea de tener que desarrollar la habilidad para convertirse en el capitán del barco que lleve a su tripulación al puerto deseado. También participe en conversaciones con otros jefes de alto rango, quienes expresaban abiertamente su decisión de ver a sus trabajadores como una máquina, que estaban programadas para realizar tales tareas y no otras, sin permitirse ver el mínimo rasgo de humanidad en las personas con las que trabaja.
Mirando el campo de equipos de trabajo, nuestra mirada cultural nos dice que un equipo “es un grupo de individuo que interactúan para lograr un objetivo en común”, y creo que desde esta interpretación nace la primera dificultad, porque no permite al líder mejorar su competencia en la construcción y conducción de equipos efectivos, porque se considera que, al contar con el grupo de individuos, la interacción entre ellos y el objetivo en común, la situación está resuelta. Desde este punto, quiero mencionar la definición que nos regala el Dr. Fernando Flores en su libro “Conversaciones para la acción”, expresando
…” liderazgo es la capacidad de crear equipos a través de cultivar las conversaciones correctas en los momentos adecuados” …
Créditos de las imágenes: Shutterstock
Mi perspectiva sobre Liderar
Desde mi perspectiva, el fenómeno del liderazgo está directamente relacionado con las conversaciones que se desarrollan en las entrañas de un equipo, como parte de las medidas que adopta y ejerce el facilitador para asegurar la coordinación efectiva. Un equipo en su construcción participa en conversaciones permanentes entre sus integrantes, como ámbito que ofrece el medio para que cada persona se comprometa a realizar los esfuerzos necesarios para alcanzar el objetivo en común, y además para coordinar las acciones que les permita lograr la meta.
Volviendo al reconocimiento que recibió Yvonne Lavasidis, deduzco que como líder tuvo la habilidad para generar conversaciones de posibilidad, mirando el objetivo general que seguramente tenía su negocio, pero también mirando el objetivo particular que tenía su empleada Nabiha; poder contemplar ambos objetivos y llevarlos a cabo, me hace suponer que ambas personas, líder y colaborador habían desarrollado una relación fundada en la confianza, basada en la sinceridad, la responsabilidad, el compromiso y la capacidad de ambas para cumplir con el rol que le tocaba llevar adelante.
En los equipos de alto desempeño el conductor se asegura de que los compromisos de cada compañero de equipo se cumplan rigurosamente, dentro de los plazos marcados y las condiciones de satisfacción acordadas. Como dimensión para que cada una de las partes que están involucradas en la tarea continúen con la misma motivación y compromiso para lograr los objetivos diseñados.
Resumiendo el tema de liderar
Para terminar arrojo dos ideas que seguro te permitirán reflexionar sobre tus habilidades para liderar.
En primer lugar pregúntate cómo expresas tu gratitud. ¿Cuántas circunstancias se han presentado para mostrarte agradecido y sin embargo las dejaste pasar diciéndote “ya se lo diré” o “ya lo sabe”? Posiblemente sea este el momento para empezar a decirlo.
Y en segundo lugar, examina tu proceder ¿Eres un líder humano? Si mañana cambiaras de puesto o abandonaras la empresa, ¿Qué dirían de ti tus colaboradores? ¿Qué enseñanzas y valores les has trasmitido hasta ahora?
Si estás seguro de que extrañarían tu marcha, es que vas por el buen camino…
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